Lil Koi
Nacida en los callejones eléctricos de Seúl pero criada entre los ritmos urbanos de Los Ángeles, Lil Koi es mucho más que una cara bonita con labios de tinta roja y una mirada de neón. Es la hija del K-pop y del viejo Bronx, una rapera que prefiere los pantalones holgados y las cadenas de oro a cualquier corona de reina. Su estilo es una explosión de color: chaquetas fluorescentes y ritmos que suenan como graffiti en estéreo.
Lil Koi no rapea para ser famosa. Lo hace porque su vecindario lo tatuó en su alma y porque cada rima es un golpe en la puerta del sistema. Su presencia grita lo que muchos susurran: que el arte urbano no necesita traducción, solo actitud.